Cuando afloran los buenos propósitos. Aquí tiene algunas ideas y sugerencias para potenciar sus ideas comerciales
Por: Mireia Tebé Directora de Comunicación de FormaConsultores
Cada año, nos marcamos éstos retos u otros similares casi de forma automática. Pero, ¿Hemos pensado alguna vez por qué nos planteamos cambiar algunas cosas de nuestra vida, justo en esta época del año? ¿La magia de las doce uvas? ¿La fascinación que produce una agenda en blanco?
Como escribí en mi anterior artículo “la persona creativa, ¿nace o se hace?” Todo, absolutamente todo, ha sido creado de algún modo en la mente de una persona o conjunto de personas.
Así pues, entre todos nosotros (la sociedad en que vivimos y a la que ayudamos a evolucionar) hemos convertido el principio de año en un buen momento para la reflexión, que muchos aprovechamos para dibujar el futuro que nos gustaría vivir. Así conseguimos afrontar cada calendario en blanco con fuerzas renovadas, que resultan muy útiles para seguir afrontando los retos, a menudo desalentadores, del día a día.
Para conseguir esta necesaria sensación de “renovación interior”, nos ayudamos de símbolos, tradiciones y ambientaciones que no hacen sino recordarnos la necesidad de realizar esta pequeña tarea anual. Sí, es posible que las uvas tengan su magia y una agenda en blanco cause fascinación: ¡tal es el poder de las ideas!
Si estamos de acuerdo hasta aquí, que levante la mano aquél que se haya propuesto tener nuevas ideas en este nuevo año…
¿No? ¿Sí? ¿No se me había ocurrido?
Está bien. Si nos detenemos un momento para mirar hacia atrás, nos daremos cuenta que nos encontramos exactamente donde nos han traído nuestras acciones pasadas. Como sabemos ya, el ser humano construye su futuro día a día mediante sus pensamientos e ideas, que a su vez se transforman en palabras y acciones, que a su vez nos conducen a determinadas situaciones.
¿Por qué no proponernos entonces tener nuevas ideas sobre nosotros mismos, la vida que llevamos, el trabajo que desempeñamos o el entorno en que vivimos? ¿No sería ésta la mejor forma de renovarse y evolucionar?
Imaginemos una persona cualquiera, que por enésimo año consecutivo decide que tiene que conseguir trabajar menos horas, para poder disfrutar más de su vida privada. Desde luego, esa idea ya no es nueva para esa persona, y la experiencia le demuestra, año tras año, que más valdría cambiarla por otra diferente. ¿Por qué no lo intenta entonces?
He aquí algunas ideas nuevas que podrían servirle:
• “Voy a inventar nuevos procesos para realizar mi trabajo de forma más rápida y eficaz”.
•“Voy a inventar nuevas fórmulas para motivarme, cuando algún trabajo se me antoje demasiado pesado; así no tardaré tanto tiempo en realizarlo”.
Por supuesto, estas nuevas ideas requieren de mayor trabajo creativo por nuestra parte: ¡hay que seguir pensando hasta inventar esos nuevos procesos o fórmulas que nos van a ayudar!
No nos desanimemos, inventar nuevas soluciones a viejos problemas no es una tarea tan difícil: ahora sabemos que la creatividad es una habilidad muy útil en nuestra vida, pero quizás desconocemos cómo se puede entrenar a la mente para que aprenda a pensar de forma más creativa. Tan sólo hay que adquirir ciertos hábitos que producen un efecto positivo en nuestro proceso creativo:
Buscar materia prima para nuestras ideas: Las ideas más brillantes y novedosas suelen ser una combinación de dos o más elementos que ya existen hace mucho tiempo. Si decimos “coche” y “escarabajo”, ¿a alguien se le ocurre algo? El verdadero premio lo obtuvo el primero que pensó en ello, buscando la solución a un problema de economía, tanto monetaria como de espacio. Por tanto, debemos tratar de alimentar nuestra mente con materia prima para nuestras ideas, y para ello no hay nada mejor que prestar atención a lo que vivimos día tras día. La propia experiencia se convierte en un valiosísimo banco de datos para nuestro cerebro.
Tomar notas: Otro simple pero efectivo camino para entrenar la creatividad es tomar notas. De hecho, no es más que una forma de guardar nuestra “materia prima” en un soporte material que podamos consultar fácilmente. Podemos anotar situaciones de nuestra vida que nos han conmovido especialmente; escribir un sueño extraño que hemos tenido por la noche; anotar una conversación divertida que hemos escuchado en el metro; apuntar una frase brillante que nos han dicho… podemos tomar apuntes, tanto en una conferencia como viendo una película en televisión.
Aficiones: Existen aproximadamente unas cuatrocientas aficiones distintas. Muchas de ellas no son creativas, sino que están orientadas al conocimiento, ejercitan la contemplación o el razonamiento. Las aficiones más relacionadas con la creación son la pintura, las manualidades, el bricolaje y todas aquellas donde el producto final es una "creación" de la persona. En cualquier proceso de creación debemos buscar soluciones a problemas que se van planteando, y esa es la verdadera esencia de la creatividad.
Acceder a nuestro hemisferio derecho: La creatividad se encuentra en el lado derecho de nuestro cerebro, junto con el resto de cualidades intuitivas. Una forma fácil de acceder a esta parte del cerebro es por "desconexión" del lado izquierdo, el que nos aporta las cualidades racionales. Nuestro hemisferio derecho funciona “bajo mínimos” cuando lo que hacemos no requiere de concentración o cuando nos hemos saturado de ésta y el cerebro necesita descansar. Así, muchas personas tienen sus mejores ideas cuando realizan tareas de la casa, cuando hacen deportes que requieren poca concentración, cuando conducen su vehículo, cuando se relajan para escuchar música o cuando se encuentran en mitad de un largo y aburrido discurso. La próxima vez que se relaje para escuchar música, ya no pensará que no está haciendo nada productivo, ¿verdad?
Este año nuevo me he propuesto tener nuevas ideas para solucionar mis viejos problemas. Y lo primero que se me ha ocurrido, es comprar un bloc y un lápiz…Lo segundo, regalarles el libro gratuito de Claudio L. Soriano “Cómo utilizar la CREATIVIDAD”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario